Dos veces tuvo que votar la corporación viguesa la subida de impuestos municipales para el próximo año en un 2,1 % ante el empate de votos de PSOE y BNG con la oposición del PP que se pronunció en contra. La ausencia de Carmela Silva en el pleno de ayer obligó al alcalde en un segundo intento a tener que recurrir a su voto de calidad para romper el equilibrio y dar el visto bueno a las nuevas tasas.
La única excepción de las ordenanzas fiscales será el recibo del agua. Mientras que el gobierno municipal no decida cambiar el sistema actual y cobrar por consumo real, se mantendrá congelada la tasa en el 2013, tal como propuso el BNG. También exigieron los nacionalistas la congelación del billete del bus, aunque en este caso, al no estar incluido en las ordenanzas, tendrá que negociarse aparte con Vitrasa.
El alcalde se vio obligado a aceptar estas y otras bonificaciones incluidas por los nacionalistas para evitar perder la votación. Entre ellas figura el incremento en un 2 % de los ingresos mínimos de las familias para estar exentas de pagar la mayoría de impuestos.
La tarifa de basura se reduce un 10 % para los negocios que vieron incrementado el IVA de un 8 a un 21 % y que se calcula serán en torno a 5.000. Es el caso de cines, droguerías, floristerías, papelerías, peluquerías, gimnasios y clínicas veterinarias. Para librarse de abonar la totalidad de esta misma tasa se introducen nuevos supuestos como el de personas que lleven más de 22 meses ininterrumpidos en paro y tengan cargas familiares, así como dependientes. En total, el Concello calcula que 3.000 familias estarán exentas de pagar la basura. El resto de impuestos subirán la cantidad correspondiente al IPC.
Los tres partidos de la corporación parecen no haber captado el recado enviado por los vigueses a través de las urnas el pasado domingo y dedicaron el debate de los impuestos a tirarse los trastos a la cabeza. Cada vez es menos el interés que despierta la oratoria de los concejales entre los ciudadanos. De hecho, el auditorio se limita la mayoría de las veces a los medios de comunicación, a no ser que haya alguna protesta. También en este caso son cada vez menos, tras el control instaurado por la policía para acceder a la sala.
El mayor enfrentamiento dialéctico tuvo lugar entre el concejal del PP, Miguel Fidalgo, y la del PSOE, Raquel Díaz, quien, incluso, acudió preparada con gráficos en los que aparecían reflejados Corina Porro y Rafael Louzán. Más prudente se mostró la nacionalista Iolanda Veloso, aunque no renunció a aludir a la Diputación.
Fuente: La Voz de Galicia
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