Pese a que el hospital Meixoeiro fue inaugurado hace más de veintitrés años, todavía no está integrado en el servicio de transporte urbano de la ciudad y apenas hay seis líneas que cubren el trayecto hacia este centro, el segundo en importancia en la ciudad.
Por este motivo, hay muchas parroquias viguesas que no cuentan con acceso directo a través del servicio de Vitrasa mientras que otras se quejan de que las líneas son demasiado largas o cuentan con horarios que no están adaptados a las necesidades de los usuarios ni tampoco de los empleados.
Unos y otros han remitido al Concello escritos para reclamar que las líneas sean compatibles con los horarios de entrada y salida de los diferentes turnos del hospital ya que incluso los trabajadores de una zona relativamente céntrica como es Florida tienen problemas para acudir en autobús al trabajo.
“Acabamos de remitir un escrito a través de la Federación Vecinal con unas cien firmas de trabajadores para solicitar un autobús más en la ruta que permita entrar a los del turno de tarde, ya que de 14 a 16 horas no funciona ”, explicó Isabel, una empleada del centro, que asegura que “preguntamos a Vitrasa y nos dijo que era para coordinar las visitas pero creemos que deberían pensar también en nosotros porque los trabajadores que no tienen coche tienen que subir en taxi o hacer transbordo en la Praza de España”. Por ahora, no han recibido respuesta por parte del Concello a su escrito.
El trayecto en taxi al centro cuesta entorno a unos 13 euros y el aparcamiento para los vehículos privados está completamente saturado por lo que la opción del autobús urbano es la elegida por muchos de los trabajadores, pese a que las líneas son tan largas que el recorrido se prolonga de media unos 50 minutos, un tiempo que se extiende más allá de la hora en el caso de los empleados que residen en Navia, una nueva zona de la ciudad que todavía carece de buenas conexiones del servicio de bus urbano.
desde teis, también problemas
También los trabajadores que residen en Teis tienen problemas para acudir y regresar del trabajo ya que tan sólo cuentan con la línea 31 y ésta finaliza a las ocho de la tarde los sábados, domingos y festivos. “Mi mujer sale de trabajar a las diez de la noche y llega a casa a las once y media tras coger el 15 ó el 12 y hacer transbordo con el C3 para llegar a casa y durante la semana el último 31 sale a las diez así que si lo pierde tampoco tiene otro”, manifiesta Manuel Piñón, que ya ha presentado dos escritos al Concello y que prepara un tercero tras no recibir ninguna respuesta por parte del gobierno municipal ni de la concesionaria.
“No somos casos aislados, hay muchísima gente que utiliza el autobús, tanto pacientes como trabajadores y esto es una vergüenza”, lamenta.
Fuente: AD
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