martes, 16 de abril de 2013
La llegada de una medusa venenosa obliga a inspeccionar las playas
Aparecen en Cíes ejemplares de carabela portuguesa y la alarma creció al tener que cerrar O Grove su arenal
Dos ejemplares de carabelas portuguesas, una especie muy venenosa, aparecieron la semana pasada en playas del parque nacional de las Islas Atlánticas, una de ellas en Rodas (en las Cíes) y otra en Cortegada.
Estaban muertas, ya fueron retiradas siguiendo el protocolo de actuación para estos casos y desde la Consellería de Medio Ambiente explicaron ayer que llegaron por el temporal de esos días.
La presencia de carabela portuguesa obligó este fin de semana a cerrar cautelarmente las playas de O Grove, de ahí la alarma y la cautela que se despertó ayer entre las autoridades municipales de Vigo.
El alcalde Abel Caballero anunció por su parte que se inspeccionarán las playas de la ciudad por si aparecía algún ejemplar y por si fuese necesario activar el protocolo de Protección Civil, además de prohibir el baño. Sin embargo, a última hora de la tarde de ayer no había ni rastro de esta especie tóxica en los arenales vigueses.
También se detectó hace unos días la llegada de carabelas en el sur de España y en las costas portuguesas. En Cádiz se levantaba ayer mismo el cierre de sus playas a los visitantes y se sustituía la bandera roja por la amarilla.
En el parque nacional de las Islas Atlánticas no es la primera vez que llega una carabela portuguesa.
El año pasado se había recogido en las Cíes un ejemplar en el mes de abril, pero no fue necesario tomar medidas porque hacía mal tiempo y nadie se acercó a los arenales.
Su peligro para las personas reside en que su picadura provoca un dolor intenso (con el consiguiente peligro de ahogamiento), aunque rara vez resulta mortal. En cualquier caso, puede producir quemazón, dolor vivo y laceraciones en la piel como consecuencia del contacto con los tentáculos. El dolor desaparece pasadas dos horas.
También es necesario saber que son peligrosas tanto si se encuentran en el mar como si están muertas en la costa, porque aún inertes mantienen inertes su veneno durante unas horas.
La carabela portuguesa (Physalia physalis) es muy vistosa (su color es violeta-azulado) y se mueve a la deriva, por acción de corrientes o del viento, porque no cuenta con medios propios de propulsión.
Además, se suele confundir con una medusa, cuando no lo es. Los expertos del parque nacional explican que se trata de una colonia de organismos que se asocian para sobrevivir y que cada uno de esos organismos (denominados zooides) está especializado en una actividad necesaria para la supervivencia. Están unidos entre sí y fisiológicamente integrados.
Su nombre proviene del pólipo superior, una especie de vejiga llega de gas que puede llegar a sobresalir 15 centímetros por encima de la superficie del agua y que se asemeja a un buque de guerra portugués del siglo XVI, según explica el director-conservador del parque nacional.
Sus tentáculos, largos y delgados, pueden llegar a medir hasta los 20 metros de longitud. Están cubiertos de nematocistos urticantes cargados de veneno y son utilizados para paralizar y matar a peces y otras criaturas pequeñas.
Fuente: AD
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