lunes, 20 de mayo de 2013

Vecinos de Brasil se rebelan por el plan de reforma de la calle


«Anchean la acera con muro y dejan igual la comercial», protestan


El alcalde inauguró esta misma semana la humanización del primer tramo de la calle Brasil, entre su entronque con Pizarro (plaza de Isabel la Católica) y Vázquez Varela. Es menos de la mitad del vial, pero Caballero no se resistió a enfatizar los logros de esta reforma.

Mientras eso ocurría ya estaban en marcha los trabajos en la segunda fase, concretamente entre Vázquez Varela y Cuba, que seguirán de inmediato hasta llegar a Urzaiz. En esta manzana el ambiente entre los vecinos es de gran malestar. No están en contra de la humanización, pero no entienden como se está lleva a cabo de una manera que consideran errónea. Y las preguntas que han realizado hasta ahora en el Concello ni mucho menos les han aclarado lo que ocurre.

El principal motivo de disgusto es la elección de la acera que va a ser ensanchada. En concreto, se ha elegido la más próxima a Urzaiz que aquí corresponde prácticamente en su totalidad al muro trasero de la residencia de las Siervas de Jesús. Por el contrario, enfrente hay comercios y restaurantes donde la acera seguirá con el mismo ancho.

«Es inentendible: contra un muro van a dejar una acera casi el doble que la actual y la de este lado, donde pasa la gente mayoritariamente, el lugar donde hay comercios y la más utilizada, se quedará como está. Si no es un castigo lo parece», explica José María Marcet, directamente afectado ya que en este punto tiene su restaurante, Il Cheto.

Sin embargo, no es una cosa suya. Asegura que los vecinos de la zona, particulares y comerciantes, opinan lo mismo. Como prueba, habla con ellos y en un momento todos acceden a posar para la foto dejando claro que no quieren que se pierda esta oportunidad.

«Y no es solo esto», insiste. «El acceso a mi local está un poco más bajo que la acera, lo que provoca que entre agua cuando llueve. He protestado varias veces, pero no encuentran la solución. Evidentemente la habría; consistiría en rebajar un poco la altura de la calle, pero por lo que me han explicado gente vinculada a la obra eso supondría un gasto que no están dispuestos a afrontar. Pero claro, si el Concello, todos nosotros, se gasta casi 2 millones en la obra, ¿por qué no lo deja bien? ¿por qué no amplía de las dos aceras la más adecuada?», se pregunta.

Las noticias que han recibido es que se iban a ensanchar las dos aceras, pero que eso hubiera reducido el aparcamiento y el Concello no quiso abrir ese frente. Por ello tampoco se ensancharán en el tramo final, de Cuba a Gran Vía. «Es muy difícil querer humanizar una calle y dejarlo todo igual y con los mismos carriles. El resultado no será bueno», mantiene.


Fuente: LVG

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