sábado, 8 de junio de 2013

El Concello vigués ha gastado en cinco años 80 millones de euros sin control



El 40 % del dinero se destinó a proyectos que no estaban presupuestados



El presupuesto de cada año es el libro de cabecera de cualquier administración pública. Los proyectos y gastos que allí no figuran no existen y, por supuesto, no pueden abordarse. Salvo, obviamente, que se haga una modificación presupuestaria. Sin embargo, el gobierno municipal de Vigo se saltó esta regla básica en docenas y quizás en cientos de ocasiones a lo largo del año pasado, según denunció ayer la oposición popular.

En concreto, y según los datos del PP, los gastos ejecutados sin control fiscal en 2012 por el gobierno que preside Abel Caballero llegaron a 16,7 millones de euros, una parte significativa del presupuesto excluidos los gastos corrientes (nóminas y suministros). De esta abultada cifra 6,6 millones corresponden al aspecto más irregular de todos, los reconocimientos extrajudiciales de crédito. En otras palabras, proyectos que no estaban previstos ni presupuestados y que, además, se adjudican de manera directa.



Opacidad

Para que las empresas que realizan obras o suministran material por esta vía puedan cobrar se precisa que la factura sea aprobada en pleno, algo que el gobierno socialista logró con los votos del BNG. Por este motivo es llamativo que un ejecutivo en minoría ejecute por esta vía tantos proyectos ya que si el pleno los veta no podrían pagarse.

En este sentido, resulta llamativo que cuando existía un gobierno de coalición con mayoría, entre 2007 y 2011, en ningún ejercicio se gastaran sin control los 6.6 millones del año pasado. En concreto, fueron 0,7 millones en 2008, 3,5 al año siguiente y 0,8 y 0,16 en los dos siguientes.

«Tenemos un gobierno opaco que suspende en transparencia. Se olvidan del deber sagrado de explicar a los ciudadanos que hacen con su dinero», afirmó ayer el concejal Miguel Fidalgo, que realizó la denuncia acompañado por el portavoz del PP, José María Figueroa.

Lo habitual es que haya casos de este tipo cuando en una obra aparecen problemas no previstos, aunque a la vista de lo elevado de la cifra total cabe suponer que lo excepcional puede haberse convertido en algo habitual. Por ejemplo, al ejecutar la humanización de Tomás A. Alonso el Concello se dio cuenta de que se habían olvidado de partida para la renovación de los semáforos, por lo que incluyó de manera directa 40.000 euros con esta finalidad.

El resto de los gastos irregulares siguieron otras vías, concretamente las convalidaciones de gasto y facturas sin fiscalización previa de Intervención municipal. Este último consumió solo 375.000 euros mientras que las convalidaciones rozaron nada menos que los 10 millones de euros.




Contratos prorrogados

Cuando se precisa convalidación se trata de gastos contemplados en el presupuesto, pero que carecen del preceptivo contrato. Por ejemplo, la limpieza del edificio municipal, que tiene un coste aproximado de 2 millones de euros anuales pero cuyo contrato de adjudicación ha concluido. Pese a ello la empresa sigue realizando el trabajo y cobrando, a la espera de que el gobierno municipal realice una nueva convocatoria. Y por supuesto, cobra religiosamente sus facturas sin que nadie explique el motivo por el que algunos contratos se mantienen años y años con estas prórrogas tácitas. Además, en la coyuntura actual, el Concello pierde las posibles bajadas de precios que se están produciendo, algo de la máxima gravedad cuando se trata de dinero público.



La suma de gastos ejecutados sin control fiscal a lo largo de los últimos cinco ejercicios (entre 2008 y 2012) ofrece la enorme cifra de 80 millones de euros, con el récord absoluto en 2009 (23,2 millones) y el mínimo en 2011 (7 millones). Sin embargo, en ninguno de estos ejercicios se llegó a 6,6 millones de facturas en las que hubo que realizar un reconocimiento extrajudicial de crédito.


Fuente: LVG

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