España necesita el cambio. Los españoles estamos padeciendo una crisis
sin precedentes. La incapacidad del partido socialista para hacerle frente
ha llevado a España a una situación insostenible que es necesario superar
cuanto antes. Con este programa electoral el Partido Popular ofrece a los
españoles la alternativa.
El balance de los últimos años resulta desolador: cinco millones de parados, casi un millón y medio de hogares con todos sus miembros desempleados, un sistema educativo incapaz de proporcionar oportunidades, una generación de jóvenes expulsada del mercado laboral, y unas cuentas públicas fuera de control. En definitiva, un mal gobierno que no genera la confianza necesaria para que el país obtenga el crédito que precisa y que pone en riesgo real las prestaciones básicas del sistema de bienestar. La sociedad española está hoy empobrecida y desesperanzada.
Renunciando al consenso y a la continuidad institucional, que son parte del mejor acervo de la España constitucional, el partido socialista ha separado a España de su senda reformista y de modernización para llevarla al empobrecimiento, al desprestigio de sus instituciones y a la irrelevancia internacional.
Desde 2004, los sucesivos gobiernos han abandonado las reformas y la necesaria austeridad, en el lado económico, y han renunciado a la concordia en el lado político, reabriendo temas que estaban resueltos. Frente a la crisis económica, la respuesta consistió inicialmente en negarla, luego en tratar de ocultarla con endeudamientos para gastos improductivos y, por último, en recortes, improvisación, falta de estrategia y de horizonte. El partido socialista ha perdido la credibilidad y la confianza de la sociedad.
La situación económica mundial y europea está llena de incertidumbres, pero hay quienes lo están haciendo bien. La crisis no afecta igual a todos. Existen buenas y malas políticas; gobiernos que han sabido afrontar la situación. Hay países mejor preparados que otros.
El balance de los últimos años resulta desolador: cinco millones de parados, casi un millón y medio de hogares con todos sus miembros desempleados, un sistema educativo incapaz de proporcionar oportunidades, una generación de jóvenes expulsada del mercado laboral, y unas cuentas públicas fuera de control. En definitiva, un mal gobierno que no genera la confianza necesaria para que el país obtenga el crédito que precisa y que pone en riesgo real las prestaciones básicas del sistema de bienestar. La sociedad española está hoy empobrecida y desesperanzada.
Renunciando al consenso y a la continuidad institucional, que son parte del mejor acervo de la España constitucional, el partido socialista ha separado a España de su senda reformista y de modernización para llevarla al empobrecimiento, al desprestigio de sus instituciones y a la irrelevancia internacional.
Desde 2004, los sucesivos gobiernos han abandonado las reformas y la necesaria austeridad, en el lado económico, y han renunciado a la concordia en el lado político, reabriendo temas que estaban resueltos. Frente a la crisis económica, la respuesta consistió inicialmente en negarla, luego en tratar de ocultarla con endeudamientos para gastos improductivos y, por último, en recortes, improvisación, falta de estrategia y de horizonte. El partido socialista ha perdido la credibilidad y la confianza de la sociedad.
La situación económica mundial y europea está llena de incertidumbres, pero hay quienes lo están haciendo bien. La crisis no afecta igual a todos. Existen buenas y malas políticas; gobiernos que han sabido afrontar la situación. Hay países mejor preparados que otros.
Afrontar un nuevo embate de la crisis con el 22 por ciento de paro no es
lo mismo que hacerlo con el 10 por ciento. Ni es lo mismo hacerlo en un
país cuyas instituciones funcionan correctamente que hacerlo en uno cuyas
instituciones han sido objeto de una grave erosión.
No es lo mismo afrontar un cambio de modelo económico con un buen sistema educativo que hacerlo con uno deteriorado, ni es lo mismo regenerar el tejido empresarial con un mercado nacional integrado y competitivo, que hacerlo con uno fracturado que pone todo tipo de trabas a trabajadores y emprendedores.
Ahora que la crisis de deuda entra en una nueva fase, no será lo mismo hacerle frente desde la situación en la que se encuentra España después de siete años de mal gobierno que hacerlo desde la situación en la que se encuentran otros países europeos. Nuestra tarea será más difícil. Pero la haremos.
España se encuentra en una auténtica encrucijada, un momento histórico en el que se está decidiendo el futuro de varias generaciones. El reto que tenemos por delante como sociedad es de una magnitud enorme. Tenemos que crear empleo y devolver la estabilidad a nuestras cuentas públicas para volver a una senda de crecimiento duradero. Tenemos que recobrar el buen gobierno y la confianza en las instituciones. Tenemos que recuperar nuestro lugar en la esfera internacional. Y debemos actuar ahora para convertir la crisis en una oportunidad.
España necesita otras políticas y otra forma de hacer política. El Partido Popular ofrece a los españoles otra forma de gobernar. Gobernar desde el centro y para todos, con moderación y diálogo. Gobernar con honradez, responsabilidad y buen criterio. Gobernar de forma austera, eficaz y trans- parente. Gobernar con verdad y credibilidad.
Los españoles hemos sabido superar dificultades en el pasado. Hemos sabido construir una democracia respetada y admirada; modernizar nuestra economía y crear empleo. Dinamizar la sociedad y generar oportunidades para todos. Con perspectiva histórica, el cambio de España en las últimas décadas ha sido espectacular.
Por eso hay razones de fondo para el optimismo. Nuestra confianza en el futuro viene de los valores que tantas veces ha reflejado la sociedad española: compromiso con la libertad, capacidad de trabajo, responsabilidad, sacrificio, solidaridad, respeto y altura de miras. Las cosas han salido bien cuando las hemos hecho juntos.
No es lo mismo afrontar un cambio de modelo económico con un buen sistema educativo que hacerlo con uno deteriorado, ni es lo mismo regenerar el tejido empresarial con un mercado nacional integrado y competitivo, que hacerlo con uno fracturado que pone todo tipo de trabas a trabajadores y emprendedores.
Ahora que la crisis de deuda entra en una nueva fase, no será lo mismo hacerle frente desde la situación en la que se encuentra España después de siete años de mal gobierno que hacerlo desde la situación en la que se encuentran otros países europeos. Nuestra tarea será más difícil. Pero la haremos.
España se encuentra en una auténtica encrucijada, un momento histórico en el que se está decidiendo el futuro de varias generaciones. El reto que tenemos por delante como sociedad es de una magnitud enorme. Tenemos que crear empleo y devolver la estabilidad a nuestras cuentas públicas para volver a una senda de crecimiento duradero. Tenemos que recobrar el buen gobierno y la confianza en las instituciones. Tenemos que recuperar nuestro lugar en la esfera internacional. Y debemos actuar ahora para convertir la crisis en una oportunidad.
España necesita otras políticas y otra forma de hacer política. El Partido Popular ofrece a los españoles otra forma de gobernar. Gobernar desde el centro y para todos, con moderación y diálogo. Gobernar con honradez, responsabilidad y buen criterio. Gobernar de forma austera, eficaz y trans- parente. Gobernar con verdad y credibilidad.
Los españoles hemos sabido superar dificultades en el pasado. Hemos sabido construir una democracia respetada y admirada; modernizar nuestra economía y crear empleo. Dinamizar la sociedad y generar oportunidades para todos. Con perspectiva histórica, el cambio de España en las últimas décadas ha sido espectacular.
Por eso hay razones de fondo para el optimismo. Nuestra confianza en el futuro viene de los valores que tantas veces ha reflejado la sociedad española: compromiso con la libertad, capacidad de trabajo, responsabilidad, sacrificio, solidaridad, respeto y altura de miras. Las cosas han salido bien cuando las hemos hecho juntos.
A partir de 1996, con gran esfuerzo y el liderazgo del Partido Popular,
España logró incorporarse a las grandes corrientes económicas, políticas y
culturales de la globalización. En ellas debemos volver a situarnos. Para ello,
hoy es imprescindible un cambio en España. Un cambio de gobierno, de
políticas y de actitudes.
Necesitamos retomar las grandes tareas modernizadoras. Tenemos que abrir un nuevo tiempo de cambio y, por eso, el Partido Popular solicita a los españoles un claro mandato reformista. Aspiramos a mejorar la política y fortalecer las instituciones. Las reformas no son un fin en sí mismas, son el instrumento para que nuestro país vuelva a ser competitivo, cree empleo, genere confianza y asegure la sociedad del bienestar. Queremos que la sociedad vuelva a desplegar todas sus capacidades, queremos hacer España mejor.
El reformismo no se improvisa. El reformismo es responsabilidad, es anticipación, es moderación, es rigor y es prudencia. Sólo con un compromiso reformista auténtico se pueden arreglar los problemas reales. Este es el compromiso que el Partido Popular tiene. El impulso reformista tiene que ser propio, explícito y debe contar con el apoyo de la mayoría.
Los españoles sabemos hacer las cosas bien, por y para nosotros mismos. Hemos demostrado muchas veces que podemos construir nuestro futuro sobre bases sólidas, que sabemos hacer una economía próspera, crear empleo y trabajar por una sociedad cohesionada y solidaria. El Partido Popular va a revitalizar la vocación europea de España mediante un acuerdo nacional para Europa, cuyo centro hoy es el euro, base del proyecto común, y va a hacer lo necesario para recobrar la senda de la modernización económica y social.
Hay que actuar con decisión y coherencia, impulsando un plan de reformas para los próximos años. Nos preocupan los jóvenes, su futuro, su educación, sus oportunidades de empleo. En un mundo en el que se están produciendo cambios profundos muy rápidamente, tenemos que actuar pensando en el medio y largo plazo. Si abordamos ahora con decisión las reformas necesarias pondremos bases sólidas para el bienestar de las próximas generaciones.
Necesitamos retomar las grandes tareas modernizadoras. Tenemos que abrir un nuevo tiempo de cambio y, por eso, el Partido Popular solicita a los españoles un claro mandato reformista. Aspiramos a mejorar la política y fortalecer las instituciones. Las reformas no son un fin en sí mismas, son el instrumento para que nuestro país vuelva a ser competitivo, cree empleo, genere confianza y asegure la sociedad del bienestar. Queremos que la sociedad vuelva a desplegar todas sus capacidades, queremos hacer España mejor.
El reformismo no se improvisa. El reformismo es responsabilidad, es anticipación, es moderación, es rigor y es prudencia. Sólo con un compromiso reformista auténtico se pueden arreglar los problemas reales. Este es el compromiso que el Partido Popular tiene. El impulso reformista tiene que ser propio, explícito y debe contar con el apoyo de la mayoría.
Los españoles sabemos hacer las cosas bien, por y para nosotros mismos. Hemos demostrado muchas veces que podemos construir nuestro futuro sobre bases sólidas, que sabemos hacer una economía próspera, crear empleo y trabajar por una sociedad cohesionada y solidaria. El Partido Popular va a revitalizar la vocación europea de España mediante un acuerdo nacional para Europa, cuyo centro hoy es el euro, base del proyecto común, y va a hacer lo necesario para recobrar la senda de la modernización económica y social.
Hay que actuar con decisión y coherencia, impulsando un plan de reformas para los próximos años. Nos preocupan los jóvenes, su futuro, su educación, sus oportunidades de empleo. En un mundo en el que se están produciendo cambios profundos muy rápidamente, tenemos que actuar pensando en el medio y largo plazo. Si abordamos ahora con decisión las reformas necesarias pondremos bases sólidas para el bienestar de las próximas generaciones.
Tenemos que asegurar la protección social para que nadie quede excluido
ni al margen. No nos vamos a resignar a una sociedad dividida, ni vamos a
renunciar a una España de oportunidades para todos. Queremos una España
en la que los ciudadanos sean protagonistas de su propio futuro.
En situaciones de crisis, en momentos de cambio, en tiempos de reformas es indispensable que la vida política recupere la concordia. Es lo que la sociedad reclama. El diálogo sincero y el respeto son siempre esenciales para que los cambios y las reformas sean estables y fecundos. Una tarea de la envergadura de la que tenemos por delante debemos hacerla entre todos, sin excluir a nadie. Juntos.
Hoy nuevamente la sociedad tiene que ser la protagonista del cambio. En la sociedad, en las familias españolas, están las energías, las iniciativas, las capacidades y el caudal de valores necesarios para que mejoren las cosas. De la sociedad van a venir el empleo, las oportunidades y el bienestar. España necesita un gobierno capaz de actuar y de aunar voluntades y esfuerzos.
Los grandes proyectos integradores son los que han dado estabilidad y han hecho próspera nuestra democracia. Son las urnas las que deben cambiar el rumbo del país, porque las urnas son el verdadero timón de la democracia. Por eso ahora queremos impulsar un pacto renovado con la sociedad española, que quiere el cambio. Un proyecto con todos, de todos y para todos, que es lo que los españoles quieren y merecen. Sin exclusiones ni sectarismos, centrado en lo que verdaderamente importa, un proyecto con más sociedad y con mejor gobierno para asegurar el progreso, las oportunidades y el bienestar.
La agenda de reformas del Partido Popular es el instrumento para el cambio que España necesita, y esa agenda, que constituye el núcleo de este programa electoral, se estructura alrededor de seis ejes fundamentales.
En situaciones de crisis, en momentos de cambio, en tiempos de reformas es indispensable que la vida política recupere la concordia. Es lo que la sociedad reclama. El diálogo sincero y el respeto son siempre esenciales para que los cambios y las reformas sean estables y fecundos. Una tarea de la envergadura de la que tenemos por delante debemos hacerla entre todos, sin excluir a nadie. Juntos.
Hoy nuevamente la sociedad tiene que ser la protagonista del cambio. En la sociedad, en las familias españolas, están las energías, las iniciativas, las capacidades y el caudal de valores necesarios para que mejoren las cosas. De la sociedad van a venir el empleo, las oportunidades y el bienestar. España necesita un gobierno capaz de actuar y de aunar voluntades y esfuerzos.
Los grandes proyectos integradores son los que han dado estabilidad y han hecho próspera nuestra democracia. Son las urnas las que deben cambiar el rumbo del país, porque las urnas son el verdadero timón de la democracia. Por eso ahora queremos impulsar un pacto renovado con la sociedad española, que quiere el cambio. Un proyecto con todos, de todos y para todos, que es lo que los españoles quieren y merecen. Sin exclusiones ni sectarismos, centrado en lo que verdaderamente importa, un proyecto con más sociedad y con mejor gobierno para asegurar el progreso, las oportunidades y el bienestar.
La agenda de reformas del Partido Popular es el instrumento para el cambio que España necesita, y esa agenda, que constituye el núcleo de este programa electoral, se estructura alrededor de seis ejes fundamentales.
- El crecimiento económico y la generación de empleo. Tenemos que poner las bases de una economía más competitiva para recuperar la confianza y volver a hacer de España el mejor lugar para invertir y crear empleo.
- La mejora de la educación. Esta es la clave de una sociedad de oportunidades. No nos podemos resignar a dar por perdidas generaciones de españoles.
- La garantía de la sociedad del bienestar y de la protección social, me- diante las reformas que hagan más eficientes y mejores nuestros sistemas educativo y sanitario, y aseguren así las prestaciones a las futuras gene- raciones.
- La reforma y la modernización del sector público bajo los principios de austeridad, transparencia y eficacia.
- El fortalecimiento institucional y la regeneración política. Necesitamos instituciones fiables, previsibles, la vuelta al respeto a la ley y a la seguridad jurídica.
- La proyección exterior de nuestro país, volver a ser fiables y creíbles en el mundo. Tenemos que aprovechar las oportunidades de la globalización para nuestra sociedad.
Éste es el programa electoral que el Partido Popular ofrece a los españoles, un programa serio y creíble, un programa realista y ambicioso para volver a crecer y para hacer que España vuelva a ser un país próspero y fuerte. Con él vamos a derrotar a la crisis, con él abriremos de verdad el gobierno a los ciudadanos, y con él llevaremos a cabo reformas duraderas.
Éste es nuestro programa y nuestro compromiso con la sociedad española. Sabemos que no va a ser fácil, que no hay atajos, pero estamos preparados y tenemos la ambición, el coraje y la capacidad de trabajo para avanzar desde ya hacia la España que todos necesitamos.
Más sociedad y mejor gobierno es a lo que debemos aspirar. Es lo que España necesita.
España tiene futuro. Los españoles tienen la solución. Y por eso les pedimos un mandato reformista y les convocamos a un gran proyecto integrador de recuperación económica, regeneración institucional y prestigio internacional.
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